EL VALOR DE LAS PALABRAS EN LOS CAMBIOS DE CONDUCTA.
LA IMPORTANCIA DE LA PALABRA
La palabra tiene un valor concreto y a la vez subliminal. La palabra, cuando es expresa, entonada, y repetida habla de nuestros sentimientos, de nuestras conductas y de nuestros proyectos.
La palabra es la herramienta con la cual nos conectamos con el mundo, por supuesto que hay otras herramientas no menos importantes y absolutamente necesarias, el amor, la caricia, la solidaridad, y muchas otras.
La palabra, sin embargo, tiene el valor de quedar grabado en la mente y el sentir de las personas de una manera tan especial que influye directamente sobre las conductas propias y ajenas.
Este es el motivo por el cual es necesario que para cambiar conductas, caminos, comencemos por expresar, por poner en palabras todos nuestros deseos y para ello en primer lugar debemos codificar cuales son las palabras que nos permiten expandirnos con mayor celeridad y eficiencia.
Claro que, la palabra sólo es válida si va acompañada por el sentir de lo que expresamos. Palabras huecas caen en sacos rotos, tal como dice el refrán.
Dí siempre buenas palabras, expresa siempre buenos augurios, manifiesta siempre la confianza en tus fuerzas y en la de quienes te rodean, habla en positivo, aún ante lo conocido como ¨negativo¨. Esto último son lecciones y ese es valor positivo que entrañan. Saca conclusiones positivas de tu vida, ayuda a los demás a hacerlo. Terminarás siendo el resultado de tus palabras, porque tus palabras dichas desde mente, emoción espíritu, deseo y actitud, serán acciones.
Cuando creas que algo salió ¨mal¨, expresa siempre lo que harás para remediarlo, no te quejes, ya sucedió y nada lo cambiará en términos de pasado, pero todo se transformará si piensas en futuro.
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DURANTE 21 DÍAS CORRIDOS MANTEN ESCRITO SOBRE TU FRENTE ¨NO ME QUEJARÉ DE NADA¨ Y CUMPLELO!! SI TE SURGE ALGUNA QUEJA DEBERÁS COMENZAR EL CONTEO. CUANDO ALCANCES ESOS 21 DÍAS CORRIDOS SIN QUEJAS Y VIENDO LO POSITIVO DE CADA ACTO DE TU VIDA, ESCRÍBEME DICIENDO CÓMO VIVES EL CAMBIO.
